Cuento III

Lo mas embarazoso de todo esto es la situación en la que estamos: Ella de un lado de la cama y yo del otro. Cada quien buscando su ropa y dandonos la espalda mientras nos la ponemos. Y lo peor de todo es este típico silencio incomodo entre aquellos que no encuentran la manera de decir "todo fue una mierda".
Pero la verdad es -tal vez- que el culpable fui yo por haberme vendido caro... O -quizá- la pendeja fue ella por haberme comprado a ese precio... mmmmm pero como quiera que sea, el caso es que es imposible soportar este silencio.
-Disculpa, me alcanzas mi pantalon?- le pregunto mientras le estiro su push-up bra que encontre entre mis zapatos. Pero debo suponer que algo no le debe de cuadrar, pues de muy mala gana e dejo mi pantalon a media cama sin ni siquiera dignarse voltear a verme...
Pero honestamente, no se para qué se emputa?? A cualquiera le puede pasar!!! Ademas, asi que digas "wow", "que buen jale" pues la verdad es que ni por asomo. Y que no me salga con la chingadera de su falsa exclusividad y de sus exigencias macuarras, pues fue ella que me pidio que viniera. Y fue ella la que me pidio que me quedara y fue ella la que con esa mirada y con esa voz dulcecita y cachondona, me dijo "ven".

Yo solo la obedeci.
Aunque no todo en mi resulto asi de obediente.
Tal vez no le agrado ella...
Deberia de preguntarle el porqué...