Wednesday, July 18, 2012

En el Caracol

De su historia sé solo retazos. Pláticas e ideas fragmentadas entre borrachera y borrachera.

Sucedio una noche, en un pueblito llamado el Caracol.

Era la fiesta del pueblo. Aunque decirle pueblo era consederle mas atributos de los que realmente merece: El Caracol no era mas que una serie de casitas apiladas entorno a una calle que corria enmedio de una cañada, y en la que casi al final, se encontraba una escuelita rural de esas de dos salones y una cancha de volley ball abierta al publico, que mayormente servia como la plaza civica y como salon de eventos.

Esa noche -segun escuche- Marco llegó al pueblo con sus compas del rancho -de su rancho. Ya traian una larga serie de cervezas encima y la noche aun era muy joven. Despues de estacionarse y de caminar un buen trecho hasta la cancha, se integraron a esa gran muchedumbre de muchachos y muchachas que observan con cierta envidia a los que bailan y que estan a la caza de la cual será su pareja de baile.

Marco como siempre llego con su actitud altanera. Con su típico parado de las piernas semiabiertas, sus botas de trabajo, su camisa polo y su lata de cerveza a medio pecho. Y entre risas y comentarios acompañados de miradas a las diferentes jevas, fue repasando una a una a todas las muchachas del jolgorio, hasta que dio, no con la que buscaba, sino la que necesitaba.

La primera interacción me la se de memoria aunque jamas la vi: Marco apuró la lata cerveza con su mano izquierda, la llevo a su boca y vertio su amargo contenido sin siquiera tocar la lata con los labios. Tiro el bote a un lado, y apuro a caminar hacia ella.

Se acerco de frente, como los grandes: sin miedo. Con la mirada clavada en la de ella. Sabiendo que era repasado de pies a cabeza por ella y por las amigas de ella.

 Con mucha seguridad se le acerco al oido y asi como muchas veces habia repetido esta misma frase a muchas otras, le dijo a ella "Quieres bailar?". Ella, volteo a verle a los ojos y sin dejar de mirarlo y casi instantaneamente le contesto que si, al tiempo que le tendia la mano a Marco para que el la llevara a la pista de baile.

Bailaron mucho.
Hablaron mucho.

 Se fueron conociedo a base de trivialidades. Como queriendo que algo pasara, pero deseando que el tiempo no fluyera.

Al estar abrazados mientras discurrian al son musica vernacula, algo fue creciendo entre ellos.

Hablaron de todo y de nada. Parecia que se conocian de siempre, como si nunca hubieran existido el uno sin el otro.

No puedo asegurar que hayan durado toda la noche bailando, riendo y hablando, pero se que llego ese momento donde ella le pidio a el que la acompañara a su casa. Salieron del centro de la pista de baile, se alejaron de la muchedumbre y fueron adentrandose en esa oscuridad devoradora que invita a algo mas...

Y es ahi cuando Marco siempre deja su relato sin finalizar. Es ahi donde las palabras se le atoran en la garganta, y donde las pocas que se le escapan, traen cierto dejo de nostalgia. Pero aun asi, en el fondo, se puede ver como a pesar de lo que fue y de lo que nunca llego a ser, ella (esa ella) ha sido el amor mas grande de su vida.

Friday, July 6, 2012

To party or not to party

Es muy mamon de mi parte no ir a la fiesta de uno de mis mejores amigos nomas porque va a ir mi ex? Yo se que de primera instancia suena a ardor guardado, pero neta (por esta (jijiji)) que no es. Le tengo coraje, mucho puto coraje. No quiero verla. No la odio, pero neta me siento mal por haberme tenido como su pendejo por tanto tiempo, por haberme hecho andar a ciegas nomas por el olor de su pucha y estar como pendejo esperando a que me diera un si o un no. Entonces, llegar a una fiesta y esperar a que llegue y me salude de besito como si nada hubiera pasado? no gracias Y verle las jetas al pendejo del maestrito? Creo que ya estoy muy huevudote como para estar aguantando esas mamadas. Aunque me da cosita por mi compita del alma. Ademas, todas sus putas fiestas son iguales