La vida da sus cabeceos y a veces nos encontramos subiendo y otras bajando.

Es bien normal.

Ahorita, definitívamente no voy bajando. Creo que voy de subida en una lenta y a veces tediosa pendiente. Pero hacia arriba, que es lo importante.

Este año ha sido un año extraño, pero bonito. Creo que septiembre es algo temprano para evaluarlo, pero-más-sin-embargo me gusta como va.

A principios del año corrí mis primeros 21.1 Km. Es decir, un medio maratón- Lo corrí por mi cuenta y sin la presión de demás corredores mamavergas. Me sentí muy bien.

Despues, en marzo-abril, me fuí junto con mi jaina a Francia e Italia, con eso cumpliendo mi gran gran sueño de brincar el charco y por fin empezar a ver el mundo. Ooooobviamente fue el primer brinco, y como siempre estuvo llendo de errores e imprevistos. De cosas que obviamente me arrepiento de no haber hecho o no haber gastado, pero en general fue un excelente viaje.

Los meses siguientes, por su naturaleza post-gastazo, fueron bien dificiles. Tuve broncas con la chamba, lana pendiente. En fin, un caos.

Pero las cosas se calmaron eventualmente. Estuve a punto de irme a vivir a Estados Unidos, pero pensé mejor las cosas y pues decidí que todavía no era el momento.

Las cosas ahí va. Como la vida. No está mal, pero se que puede ir mejor